En el CEIP Escultor Vicente Ochoa de Logroño, la biblioteca escolar se ha convertido, durante este curso, en algo más que un lugar para los libros. Se ha transformado en un espacio vivo, de encuentro, de escucha, de imaginación compartida. Bajo el nombre "Café con cuentos", madres, padres y profesorado han dado vida a una iniciativa tan sencilla como poderosa: reunirse, fuera del horario lectivo, para compartir lecturas, reflexionar sobre los géneros literarios —cuentos, poesía, cómics— y, sobre todo, sembrar juntos el gusto por la lectura en los niños y niñas.
Antes de proseguir, debemos agradecer sobremanera a las responsables de desarrollar esta iniciativa tan loable. Teresa, siempre dispuesta para lo que tenga que ver con implementar la biblioteca, y sobre todo, la seño Mª Jose de Infantil, verdadera artífice y alma de esta actividad. Gracias a vuestra entrega y dedicación por los niños y por los libros.
Continuamos.
Este ciclo ha sido mucho más que una actividad extracurricular. Ha sido una celebración de la sinergia entre familias y docentes, un ejemplo de cómo, cuando escuela y hogar se dan la mano, el desarrollo de los más pequeños se enriquece enormemente. En un clima cálido y distendido, se han tejido lazos, se ha construido comunidad, se ha fomentado la convivencia y, cómo no, se ha demostrado que los libros son una vía eficaz y hermosa para educar, comprender y crecer.
Lejos de las pantallas y del ruido acelerado del día a día, "Café con cuentos" ha ofrecido un paréntesis de calma, un “buen rato” compartido, en el que las palabras han sido las verdaderas protagonistas. Este espacio ha servido también para preservar tradiciones orales, redescubrir autores, emocionarse con ilustraciones y dejarse llevar por las voces que cuentan.
Pero lo más valioso de esta experiencia es el impacto que tiene —y seguirá teniendo— en los niños y niñas. Ver a sus madres, padres, profesoras y profesores reunidos en torno a los libros transmite un mensaje poderoso: que la lectura no es solo una tarea escolar, sino un placer, una herramienta para la vida, un puente entre generaciones.
Desde la biblioteca del Escultor Vicente Ochoa, este proyecto ha demostrado que educar es tarea compartida, que los cuentos siguen teniendo el poder de reunirnos y que una comunidad que lee unida, también aprende y se transforma unida.
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